Jean-Baptiste-Camille Corot nació en Paris, en una familia acaudalada de la que recibió una educación burguesa. Entre el 1807 y 1812 estudió secundaria en la ciudad de Ruan, algo que lo marcará definitivamente por el lugar y los contactos que hizo, y aunque su padre se opuso a que fuese artista al final consiguió convencerles de cual era su verdadera vocación.
Corot fue junto a otros artistas como Johan Barthold Jongkind (1819-1891) y Eugène Boudin (1824-1898), precursor y padre del estilo impresionista poniendo las bases para más adelante influenciar a grandes artistas como Morisot (1841-1895), Renoir (1841-1919), Pisarro (1830-1903) o Monet (1840-1926) entre muchos otros.
El artista francés era un gran melómano de ahí que escogiera esta historia mitológica griega de “Orfeo y Eurídice” que pinto con 64 años, con lo que ya era un pintor experimentado. La obra narra como el hijo de Apolo y Calíope (Orfeo) bajaría al averno para intentar rescatar a su amada que murió por la picada de una serpiente. El bajaría con su lira para encandilar a Caronte y Cerberos y pactar con Perséfone llevarse a Eurídice con la condición de “no mirar a su esposa antes de salir por completo del inframundo”, algo que por desgracia es incapaz de conseguir y la condena a ella en el infierno para la eternidad. Corot usa en esta obra su dominio del paisajismo y usa los colores para otorgar el dramatismo del acontecimiento “en como Orfeo apunto de dar sus últimos pasos parece que se vuelve para condenar por siempre a Eurícide.”