Walter de María ( 1935- 2013) era un artista estadounidense que trabajaba la ilustración, la composición y lo que más le caracterizó el «land art», que consiste en el uso del entorno natural para hacer ahí su manifestación artística.
Fue a finales de los años 60 cuando abandonó su estudio en el «Soho» neoyorquino para trasladarse para profundizar y trabajar en espacios abiertos, como por ejemplo el de la obra que presentamos en el desierto de Nuevo México.
El Campo de Relámpagos fue una instalación efímera creada en el 1977. Consistía en cuatrocientos postes de acero pulido entre cuatro y ocho metros de altura colocados de manera ordenada en una cuadricula de casi dos kilómetros cuadrados, y en el que todas las puntas de los postes se encuentran al mismo nivel ( por eso la diferencia de altura).
El artista lo compuso de esta manera, en la vasta llanura del desierto para que en las frecuentes tormentas del desierto actuaran como verdaderos pararrayos atrayendo los relámpagos hacia sí.
Esta es una de las obras del artista que más fama y repercusión ha tenido. Una idea original y maravillosa que cautiva al espectador al ver como el genial De Maria a utilizado la naturaleza como lienzo y pintura creando algo que hipnotiza en el que el cielo, la tierra y las condiciones atmosféricas que tanto nos sobrecogen a veces, en esta ocasión nos dejan unas imágenes de una belleza cautivadora.