En el verano del 1895 en un viaje de Málaga a Coruña y con tan solo 13 años de edad, Pablo Picasso visitaba el Museo del Prado de Madrid, para por primera vez ver las obras del artista del siglo de oro español, Diego Velázquez.
Aprovecho para hacer algunos bocetos de lo que tanto le había entusiasmado del artista andaluz, algo que seguirá haciendo dos años más tarde cuando se instale en Madrid.
Ya en el verano de 1957 homenajeando los trescientos años de la creación de «Las Meninas», realizó este óleo monocromo en el que podemos apreciar diferencias como el formato horizontal al vertical del original, la luz que entra por las ventanas, la composición triangular y el espacio y la perspectiva plana y central.
Picasso no pretendía hacer una copia de la original sino un tributo mediante su propia interpretación cubista de la obra.