Vista de Delft, de Johannes Vermeer.

Este maravilloso óleo sobre lienzo fue realizado entre los años 1660 y 1661, por el artista holandés Johannes Vermeer (Delft, Países Bajos, 1632 – 1675) que en realidad era marchante de arte y que por su detallismo y dedicación pintó muy pocos cuadros, unos cuarenta aproximadamente a lo largo de su vida.

Vermeer igual que ha pasado con otros muchos genios a lo largo de la historia, tuvo poca fama y prestigio en vida, algo que con el paso de los años cambió, considerando algunas de sus obras como «las primeras del impresionismo» aunque sin duda su arte se corresponde con una de las tríadas artísticas más famosas, junto con Franz Hals y Rembrant, el barroco holandés .

Por lo general la obra del artista eran escenas de la vida cotidiana, aunque en el el caso de «Vista de Delft» apreciamos el gran dominio que tenía en pintar paisajes. La composición del cuadro esta divida en tres partes, en el plano superior vemos un gran cielo azul con nubes claras y en la parte superior algo más oscuras, en la parte central a modo de muralla visual vemos la arquitectura de la ciudad de Delft, y en la parte inferior el agua con un leve reflejo que insinúa la arquitectura de la ciudad y más abajo un pequeño grupo de figuras pintadas, todo con una precisión majestuosa.


CURIOSIDADES

Un dato importante es que en este periodo de la historia en los Países Bajos había un gran poder económico gracias a la importación y la fabricación asiática que tenían la sede en este país.

 

El caminante sobre el mar de nubes, Caspar David Friedrich.

El caminante sobre el mar de nubes, fue realizada entre los años 1817/18 por el artista y pintor  estandarte del Romanticismo alemán, Caspar David Friedrich.

Para entender este óleo hay que situarse en la etapa histórica en la que se realizó, el siglo XIX. Fue una época de grandes cambios en Europa como la revolución francesa, que sirvió de inspiración para todo el viejo continente o el periodo en donde se inicia la primera gran revolución industrial.

Es una etapa en la que se cambia de la universalidad del clasicismo a el individualismo del Romanticismo, en que cambia lo tradicional y se comienza a innovar y en dar un nuevo «sentimiento» más profundo al ser humano, en el que se busca misticismo y un significado más profundo en las obras que realizarán los artistas.

Es la primera vez en la historia que el artista será considerado como tal, y no como un sirviente, no necesitará tener un mecenas o estar subyugado a las ordenes de la nobleza, sino que nacerán las primeras galerías, en donde los artistas como Friedrich podrán exponer y vender sus obras.

En el cuadro vemos a un hombre de espaldas que mira hacia el horizonte en las montañas de la Suiza Sajona, ataviado con ropajes de la época apoyado en su bastón y con el pie izquierdo hacia adelante. Existe la teoría de que el autor estuvo refugiado en estas montañas por motivo de las guerras napoleonicas.

Friedrich es un enamorado de la naturaleza y de los paisajes como vemos en la mayoría de sus obras, además de ser algo característico del periodo Romántico, en el que el paisaje siempre suele ser el protagonista.

El caballero que vemos divisando el horizonte se ha identificado muchas veces con el propio autor del cuadro, un personaje muy creyente y espiritual que quiere plasmar en la obra este sentimiento metafísico relacionando las rocas donde esta de pie con el mundo terrenal, las nubes con la divinidad y las cadenas montañosas con la vida después de la muerte.

En este maravilloso óleo sobre tela podemos apreciar como el artista hace un contraste excepcional entre colores claros y oscuros, dando gran  importancia tanto al caballero que culmina la roca triangular en colores oscuros como el fondo luminoso y sereno que hacen de ambos tonos una fusión fascinante.